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De acuerdo con las Normas Internacionales de Información Financiera, NIIF, aplicadas en Colombia, sobre las Propiedades, Planta y Equipo, se busca ordenar el tratamiento de las propiedades contables de modo que en cualquier análisis de estados financieros se pueda tener una idea exacta de la inversión que representan estas como que generadores de recursos, por su utilización en una actividad económica creadores de ingreso o apoyo en funciones administrativas.
En dichos análisis se deben reconocer los cambios de valor de estos bienes de uso o activos fijos por deterioro, depreciación o revalorización.
Cómo definir éstos bienes
A la hora de definir cuáles bienes se pueden considerar como tales, se deben tomar en cuenta que estos cumplan con varias condiciones:
- Que se trata de una propiedad en la que se realicen actividades de producción de bienes y servicios, arrendamientos o algún propósito administrativo y por tanto se obtenga beneficio económico del mismo y cuyo costo pueda ser constatado con fiabilidad. Se toma en cuenta que cualquier de estas actividades se realicen durante más de un período contable.
En resumen son la tangibilidad física, su forma no monetaria y su uso en un periodo mínimo lo que determina que un activo sea considerado dentro de la definición de propiedades, plantas y equipos.
Dentro del proceso de clasificación de estas propiedades se engloban a nivel general, los inmuebles arrendados, activos biológicos, inmuebles destinados a la venta, títulos jurídicos y elementos auxiliares o de repuesto.
Normativa Colombiana
En el caso colombiano, específicamente se han expedido dos decretos que regulan la aplicación de las NIIF. Primero se reunió toda la normativa vigente en el Decreto 2420 del 2015. Poco tiempo después se expidió el Decreto 2496 actualizando algunas normativas, como la autorización de aplicar en el país las 56 enmiendas emitidas por el IASB en el 2015.
De acuerdo con el último Decreto, 2496, se facultó que este tipo de bienes fueran valuados en su medición posterior usando el método de revaluación, que obliga a las PYMES a restar la depreciación y el importe acumulado de las pérdidas por deterioro de valor en los períodos posteriores.
Todo lo anterior, con el fin de garantizar la fiabilidad de la información contable depositada en los libros financieros.
El método de revaluación implica variaciones positivas y negativas que se deben tomar en cuenta al momento de ponerlo en práctica. Así el primer caso, se refiere al incremento en el importe el libros de un activo que genere la revisión periódica y cuyo impacto debe ser reconocido en el Otro Resultado Integral, acumulándose en el patrimonio, del lado de la cuenta de superávit de revaluación.
En cuanto a las variaciones negativas, estas se producen cuando la aplicación del método de revaluación supone una reducción del importe en libros, afectando la reevaluación inicial reconocida en el patrimonio. Cuando la variación negativa es mayor que una revaluación anterior, esta afecta los resultados del período.
Qué se busca con este método
Con la aplicación de este método se busca revelar información relativa a los incrementos o disminuciones generadas y las pérdidas detectadas en Otro Resultado Integral. Para la validación y utilidad de cualquiera de los resultados obtenidos, se debe dejar constancia de los detalles del proceso empleado para su realización como:
- Fecha de aplicación del método.
- Personal que la realiza, ejemplo, un tasador independiente.
- Los métodos para aplicar el valor de las partidas.
- El valor generado por las propiedades, plantas y equipos si su importe fuera parte del modelo de costos.
- Saldo de la cuenta superávit por revaluación, detallando los movimientos del período y las restricciones en cuanto a la distribución a los accionistas.